Estamos en septiembre, primer mes de la operación bikini 2014.
Entre el boom de dietas que nos bombardea en estas fechas, han venido a mí estudios muy originales que relacionan la comida con otros sentidos diferentes al gusto. El primero concluye que oler ciertos alimentos como las naranjas, ayuda a no caer en la tentación de comer dulces.
El otro estudio es de la Universidad de Manchester, en él se experimentó con la música y los niveles de ruido de fondo en un comedor. Se encontró que a medida que se hacían más fuerte, la gente pierde la capacidad de percibir la salinidad y la dulzura.
Asimismo, se encontró una relación interesante el gusto y el sonido: si los sonidos que percibimos nos resultan agradables, disfrutamos más de la comida. ¡Aviso a los restaurantes!
Fuente: nrp.org
Imagen: savitani.com www